
A partir de las 05:30, hora local, los militares comenzaron a atacar al pueblo reunido en las cercanías de la embajada brasileña, con armas de fuego y bombas de gases, denunció.
Según personas situadas frente a la embajada hay varios francotiradores en los edificios cercanos listos a disparar
Manuel Zelaya; Los uniformados dispersaron a balazos la manifestación pacífica, y no puede ser, enjuició, que luchar por la paz y la justicia traiga estas consecuencias.
Se trata de una "actuación criminal"; sin ninguna consideración con la gente, evaluó Zelaya, quien, según dijo, comenzó a establecer comunicaciones con distintos gobiernos de la región y del resto del mundo para dar a conocer la represión desatada aquí.
Una represión más brutal, dijo, como respuesta a mi llamado al diálogo pacífico.